Decálogo para crear un delincuente por Emilio Calatayud
Como futuros padres, pero mas, como futuros educadores, os dejo un Decálogo escrito por un Juez de Menores , Emilio Calatayud, del cual os recomiendo que leáis algunas de sus sentencias, porque antes que Juez , es padre, y como tal ,trata de ejercer, con todos las alegrías y sinsabores que esta faceta de la vida conlleva.
Pensad que a lo largo de vuestra vida profesional como educadores, los padres y madres de vuestros alumnos, os pedirán y exigirán ,que sus hijos sean los mejores, os implicaran, en labores ajenas a vuestras competencias, en una palabra, os exigirán que seáis como sus segundos padres,(aunque ellos no se impliquen y descuiden esa faceta primordial de la vida en familia) ,que los cuidéis, les enseñéis y protejáis de los peligros y problemas de la sociedad actual, y que, aunque os esforcéis en enseñarles normas de convivencia con sus compañer@s, de salud, en la escuela, etc. nunca se sentirán satisfechos. Pero vosotr@s demostrad lo que sois , Educadores, con toda la profesionalidad y vocación, que adquiristeis en vuestros años de estudios, y en clases como esta de, Educación para a saude en infantil, que os imparte (y que suerte tenéis) una gran Profesora ,con mayúsculas
1. Dadle todo cuanto desee: así crecerá convencido de que el mundo
entero le debe todo.
2. Reídle todas sus groserías, tonterías y salidas de tono: así crecerá convencido de que es muy gracioso y no entenderá cuando en el colegio le llamen la atención por los mismos hechos.
3. No le deis ninguna formación espiritual: ¡ ya la escogerá él cuando sea mayor!
4. Nunca le digáis que lo que hace está mal: podría adquirir complejos de culpabilidad y vivir frustrado; primero creerá que le tienen manía y más tarde se convencerá de que la culpa es de la sociedad.
5. Recoged todo lo que vaya dejando tirado: así crecerá pensando que todo el mundo está a su servicio; su madre la primera.
6. Dejadle ver y leer todo: limpiad con detergente, que desinfecta, la vajilla en la que come, pero dejad que su espíritu se recree con cualquier porquería. Pronto dejará de tener criterio recto.
7. Padre y madre discutid delante de él: así se irá acostumbrando, y cuando la familia esté ya destrozada lo encontrará de lo más normal, no se dará ni cuenta.
8. Dadle todo el dinero que quiera: así crecerá pensando que para disponer de dinero no hace falta trabajar, basta con pedir.
9. Que todos sus deseos estén satisfechos al instante: comer, beber, divertirse,…¡de otro modo podría acabar siendo un frustrado!
10. Dadle siempre la razón: son los profesores, la gente, las leyes… quiénes la tienen tomada con él.
“Y cuando su hijo sea ya un delincuente, proclamad que nunca pudisteis hacer nada por él”.
2. Reídle todas sus groserías, tonterías y salidas de tono: así crecerá convencido de que es muy gracioso y no entenderá cuando en el colegio le llamen la atención por los mismos hechos.
3. No le deis ninguna formación espiritual: ¡ ya la escogerá él cuando sea mayor!
4. Nunca le digáis que lo que hace está mal: podría adquirir complejos de culpabilidad y vivir frustrado; primero creerá que le tienen manía y más tarde se convencerá de que la culpa es de la sociedad.
5. Recoged todo lo que vaya dejando tirado: así crecerá pensando que todo el mundo está a su servicio; su madre la primera.
6. Dejadle ver y leer todo: limpiad con detergente, que desinfecta, la vajilla en la que come, pero dejad que su espíritu se recree con cualquier porquería. Pronto dejará de tener criterio recto.
7. Padre y madre discutid delante de él: así se irá acostumbrando, y cuando la familia esté ya destrozada lo encontrará de lo más normal, no se dará ni cuenta.
8. Dadle todo el dinero que quiera: así crecerá pensando que para disponer de dinero no hace falta trabajar, basta con pedir.
9. Que todos sus deseos estén satisfechos al instante: comer, beber, divertirse,…¡de otro modo podría acabar siendo un frustrado!
10. Dadle siempre la razón: son los profesores, la gente, las leyes… quiénes la tienen tomada con él.
“Y cuando su hijo sea ya un delincuente, proclamad que nunca pudisteis hacer nada por él”.
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